Innovar es hacer posible lo imposible. Lo primero que cabe preguntarse es si lo imposible es transformable en posible. ¿Es posible hacer posible lo imposible? Si algo es imposible, ¿acaso no lo ha sido siempre y lo seguirá siendo para siempre? En el caso de que lo imposible fuera intransformable, cuando, bajo el barniz de una innovación, pudiéramos pensar que hemos hecho posible un imposible, tan solo estaríamos haciendo posible otro posible. En este caso, lo imposible transformado, no sería tal, pues el imposible tendría únicamente la apariencia de imposible y la innovación no sería otra cosa que el espejismo de esa transformación. Un ejemplo: el fuego. Al hombre primitivo le era imposible controlar y fabricar el fuego. Pero, ¿podemos afirmar que esa imposibilidad era tal? O más bien, ¿se trataba de una aparente imposibilidad? Lo cierto es que, una vez dominada la técnica del fuego, resultó muy fácil su dominio. ¿Hubo innovación?
¿Qué es hacer posible lo imposible? Para mí es encontrar una técnica aplicada a algo que nos permita pensar lo impensable. Eso es realmente innovar para mí. No se trata tanto de hacer algo que permita una aplicación novedosa, como hacer algo que nos lleve a pensar de una manera novedosa. El descubrimiento del fuego es una innovación extraordinaria. Pero no tanto por lo que permitió que el hombre hiciese con ese invento –calentarse, dominar al enemigo- como lo que le permitió pensar del mundo y de sí mismo gracias a ese invento –el hombre en el centro del universo por ser la única especie animal en poder controlar el fuego-. Lo mismo puede decirse de todas las grandes innovaciones. Cada gran innovación produce una nueva manera de pensar el mundo. Ese es el gran reto de la innovación, su dificultad y su valor. Innovar, en una definición ampliada, sería hacer posible lo imposible para hacer pensable lo impensable. Y ahora, en el amanecer de la gran revolución tecnológica que estamos viviendo con la era digital, cabe preguntarse: ¿qué imagen del mundo y de nosotros mismos debemos hacernos? ¿Qué ideas debemos generar? ¿Qué nos resulta impensable pensar? Pues bien, eso es lo que debemos pensar si queremos innovar".
Jaime Rosales
"Innovar significa asociar al menos dos conceptos que ya existían (a menudo uno abstracto y otro concreto) para crear uno nuevo... y hacerlo antes que nadie, y que se sepa que lo has hecho antes que nadie. En ocasiones, significa recordar antes que nadie que algo ya existía".
Innovar es hacer posible lo imposible. Lo primero que cabe preguntarse es si lo imposible es transformable en posible. ¿Es posible hacer posible lo imposible? Si algo es imposible, ¿acaso no lo ha sido siempre y lo seguirá siendo para siempre? En el caso de que lo imposible fuera intransformable, cuando, bajo el barniz de una innovación, pudiéramos pensar que hemos hecho posible un imposible, tan solo estaríamos haciendo posible otro posible. En este caso, lo imposible transformado, no sería tal, pues el imposible tendría únicamente la apariencia de imposible y la innovación no sería otra cosa que el espejismo de esa transformación. Un ejemplo: el fuego. Al hombre primitivo le era imposible controlar y fabricar el fuego. Pero, ¿podemos afirmar que esa imposibilidad era tal? O más bien, ¿se trataba de una aparente imposibilidad? Lo cierto es que, una vez dominada la técnica del fuego, resultó muy fácil su dominio. ¿Hubo innovación?
"Innovar para mí es crear desde lo creado, quizá diría mejor desde lo olvidado. Todo está inventado, pero a veces lo hemos perdido, lo hemos abandonado en algún lugar. Cuando lo tomamos de nuevo lo innovamos, creemos que le estamos dando un toque moderno y nuevo, pero no. En esencia ya estaba. Hacemos visible lo que creíamos invisible".
"Creo que la innovación del XXI será la de ser capaces de volver a recuperar valores, de volver a creer en utopías, de colaborar para conseguir sociedades mas igualitarias y mas solidarias y luchar por lo que debemos ser y no por lo que debemos tener. Lo demás, es sólo tecnología, bienvenida, pero sólo tecnología. Apuesto por la innovación en lo humano".
"La innovación es, para mí, la presunta introducción de novedades en cualquier área, tema o terreno. Y digo "presunta" porque casi siempre la innovación es un revival de algo que ya estaba inventado previamente".
"La inovación es lo que lleva haciendo la humanidad y la naturaleza durante toda su existencia; renovarse es reinventarse y descubrirse".
"La innovación es una paradoja sádica, todos lo desean cuando ya no implica riesgo, peligro... ni innovación. Cuando realmente posees algo innovador, sufrirás en tus carnes el rechazo de la sociedad y la burla de los inversores, a menos que engañes a alguien para convencerle de que es una idea suficientemente sólida y segura como para invertir en ella".
"Innovar es aprender a mirar el mundo que nos rodea con ojos nuevos y aceptar que podemos transformarlo... a mejor, claro".
"Implica transformar algo para mejorarlo. Es positivo porque conlleva avance, frente al inmovilismo, que esconde mucho miedo al cambio. Partiendo de unos elementos y circunstancias presentes, la innovación permite un más eficiente uso de los recursos, o la optimización de los procesos, o la eliminación de barreras y superación de obstáculos de todo tipo (también las mentales y emocionales) y evita el aburrimiento que genera la rutina. Como actitud, significa búsqueda, desarrollo, mejora. A mí la innovación me acerca a la felicidad y al futuro".
"Supongo que la innovación es todo paso adelante en cualquier área, sea artística o científica. Pero me gustaría que significase básicamente mejoría en el goce estético y en la calidad de vida. Y me gustaría porque a menudo no sucede así".
"Innovar es, tal y como yo lo entiendo, transgredir los límites de lo conocido. Apoyarte en lo que sabes para, superándolo, llegar a un sitio, un conocimiento o una emoción donde nadie ha estado antes. Innovar es romper la piel vieja y nacer a una nueva tecnología, a una nueva técnica, a una nueva sensibilidad y, por tanto, a una nueva dimensión de lo humano. O innovamos o morimos".