miércoles, 18 de agosto de 2010

Jaime Rosales (Director de cine)

Innovar es hacer posible lo imposible. Lo primero que cabe preguntarse es si lo imposible es transformable en posible. ¿Es posible hacer posible lo imposible? Si algo es imposible, ¿acaso no lo ha sido siempre y lo seguirá siendo para siempre? En el caso de que lo imposible fuera intransformable, cuando, bajo el barniz de una innovación, pudiéramos pensar que hemos hecho posible un imposible, tan solo estaríamos haciendo posible otro posible. En este caso, lo imposible transformado, no sería tal, pues el imposible tendría únicamente la apariencia de imposible y la innovación no sería otra cosa que el espejismo de esa transformación. Un ejemplo: el fuego. Al hombre primitivo le era imposible controlar y fabricar el fuego. Pero, ¿podemos afirmar que esa imposibilidad era tal? O más bien, ¿se trataba de una aparente imposibilidad? Lo cierto es que, una vez dominada la técnica del fuego, resultó muy fácil su dominio. ¿Hubo innovación?

¿Qué es hacer posible lo imposible? Para mí es encontrar una técnica aplicada a algo que nos permita pensar lo impensable. Eso es realmente innovar para mí. No se trata tanto de hacer algo que permita una aplicación novedosa, como hacer algo que nos lleve a pensar de una manera novedosa. El descubrimiento del fuego es una innovación extraordinaria. Pero no tanto por lo que permitió que el hombre hiciese con ese invento –calentarse, dominar al enemigo- como lo que le permitió pensar del mundo y de sí mismo gracias a ese invento –el hombre en el centro del universo por ser la única especie animal en poder controlar el fuego-. Lo mismo puede decirse de todas las grandes innovaciones. Cada gran innovación produce una nueva manera de pensar el mundo. Ese es el gran reto de la innovación, su dificultad y su valor. Innovar, en una definición ampliada, sería hacer posible lo imposible para hacer pensable lo impensable. Y ahora, en el amanecer de la gran revolución tecnológica que estamos viviendo con la era digital, cabe preguntarse: ¿qué imagen del mundo y de nosotros mismos debemos hacernos? ¿Qué ideas debemos generar? ¿Qué nos resulta impensable pensar? Pues bien, eso es lo que debemos pensar si queremos innovar".

Jaime Rosales

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